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Respiración: Un paso imprescindible

Actualizado: 18 abr 2019

La respiración tiene una gran importancia, no sólo para el yoga y su práctica: "Sin respiración no hay vida". Podemos aplazar casi todas las funciones fisiológicas, pero no podemos aplazar la respiración, la muerte sobreviene en pocos minutos. El yogui no solo busca este aspecto de la respiración, a través de ella obtendrá el prana o energía vital.

La respiración debe ser plena y rítmica, nos coordina y relaja, nos marca una pauta y el ritmo en la vida diaria, tranquiliza el cuerpo o lo activa y calma nuestro espíritu.



La atención en la respiración debe estar siempre presente, ya estemos en las asanas, en la relajación o la meditación, tres de los pilares del Hatha Yoga.

Respiraremos por la nariz ya que es el órgano encargado de ello pues posee filtros que depuran el aire de gérmenes y polución, huele ya que posee glándulas olfativas y humidifica el aire para que al entrar en los pulmones lo haga con un grado de humedad igual o similar al que hay dentro de estos.



La respiración debe tener unas pautas para su correcta ejecución:

Inspiramos-Retenemos-Exhalamos-Retenemos-Inspiramos-etc. Tendremos en cuenta que las retenciones que se producen en la respiración normal casi son inapreciables y en una respiración abdominal diafragmática nunca se debe retener conscientemente, la retención debe ser natural, solo en ejercicios determinados, los Pranayamas, se efectúan retenciones conscientes y prolongadas.

Cada persona tiene un ritmo respiratorio con sus pautas, por lo que los tiempos de inspiración y espiración quedan determinados por cada practicante en lo que a una respiración tranquila y sin forzar se refiere. En las respiraciones completas (respiraciones yóguicas), se trata de llenar los pulmones en su máxima capacidad con una gran inspiración y se alarga la espiración para intentar que sea, más o menos, el doble que la inspiración. De esta forma ampliaremos capacidad torácica y  vaciaremos todo lo que podamos los pulmones para expulsar de ellos todo el aire muerto o inerte y así poder dar entrada a aire rico en oxígeno y prana.

Hay tres zonas respiratorias básicas claramente definidas que ademas también son tres tipos de respiración:

- Pectoral o Clavicular: Respiración alta o superficial

- Torácica o Intercostal: Respiración torácica o media

- Abdominal: Respiración baja o profunda


Nuestra respiración cotidiana debiera ser abdominal diafragmática. Es una respiración sencilla, cómoda, que tiene un gasto energético mínimo y que se acompasa de manera natural con nuestros biorritmos. En ella el actor principal es el diafragma:

Inhala: El diafragma se contrae bajando y empujando los órganos abdominales y haciendo por tanto que el abdomen se expanda un poco. Al bajar el diafragma se genera un vacío en los pulmones y el aire entra en ellos.

Exhala: El diafragma se relaja y recupera su estado natural empujando los pulmones y expulsando el aire.

La respiración yóguica engloba a las tres zonas respiratorias y sus correspondientes respiraciones. Es una respiración compleja y completa en la que utilizamos toda la capacidad pulmonar posible.


Reconocimiento respiratorio

Puedes practicar tanto en savasana (tumbado boca arriba) como en padmasana sentado con las piernas cruzadas y la espalda recta) Una vez que el alumno está en en una de estas asanas, en las que intentaremos sentirnos cómodos, colocaremos la mano derecha en la zona abdominal y la izquierda en la zona torácica (altura del corazón).


Dejaremos que la respiración se relaje y marque su pauta sin condicionarla o forzarla, a su ritmo, e iremos observando que zonas están en movimiento. Hay que observar que mano es la que se está moviendo con la respiración y cual no.

La mano que más va a moverse será la derecha en el abdomen, mientras que la izquierda permanecerá quieta, intentaremos sentir esta respiración dentro de

nosotros el tiempo que marca y el espacio que ocupa.

El segundo paso será colocar las manos en la zona ínter-costal, sobre las costillas flotantes en los costados. Intentaremos bloquear un poco el abdomen para que la respiración se dirija a los costados, a nuestras manos. Será una respiración más corta, más energetizante y con un mayor consumo y esfuerzo. Si nos fijamos bien podremos sentirla en la espalda, los cambios de presión que se producen al inspirar y al espirar.

Por último colocamos las manos sobre las clavículas y respiramos con la zona clavicular. Es fácil comprobar que es una respiración tensa y poco satisfactoria.

Una vez que se han reconocido con claridad las zonas respiratorias podemos trabajar alguna respiración completa intentando aprovechar toda nuestra capacidad torácica y abdominal, la asana Matsyasana es una de las mejores para ello. Comienza llenando con una inspiración profunda y vacía con una espiración larga, al menos el doble de larga que la inspiración.

Contar puede ser interesante, si inspiras en 3 segundos espiras en 6 y puedes ir aumentando la proporción si lo deseas.


Ejercicios básicos de respiración

Es importante que los ejercicios de respiración se efectúen sentados en la posición del loto o en la posición de piernas cruzadas, con la espalda recta y permitiendo que toda nuestra capacidad pulmonar quede despejada y libre.


Son cinco los ejercicios básicos de respiración o Pranayamas: Kapalabhati, Anuloma Viloma, Brahmari, Sitkari, Sithali. Destacar como principales y más practicados Kapalabhati y Anuloma Viloma.



ANULOMA VILOMA

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